Cuidar la piel normalmente está asociado a un tema de imagen e incluso de vanidad, pero es muchísimo más que eso. La piel es el órgano más grande del cuerpo y necesitamos cuidarla tanto desde adentro como protegerla de factores externos. En verano es más fácil protegerla, pues somos más conscientes del uso de protector solar y los efectos del clima se sienten con rapidez, pero en invierno solemos descuidarla. Para cuidarla, beber agua y tener una buena alimentación es esencial. También es importante elegir los productos adecuados para cuidarla por fuera. Cada vez más, encontramos cremas y aceites con extracto de lavanda, una planta que no solo es hermosa y aromática, sino que también ayuda a combatir problemas de la piel.
Propiedades de la lavanda
El aroma de la lavanda es muy valorado debido a su capacidad para calmar el ánimo, equilibrar nuestras emociones y relajarnos. También ayuda a conciliar el sueño y reducir el estrés, mejorando la concentración y aliviando problemas respiratorios. Sus propiedades medicinales incluyen sedación, apoyo digestivo, acción antibacteriana, cicatrización y protección antiséptica.
En relación a la piel, la lavanda se utiliza en cosméticos diseñados para tratar problemas cutáneos. Sus componentes como taninos, flavonoides, ácidos rosmarínico y ursólico, y alcoholes terpénicos, le otorgan cualidades muy interesantes a la hora de cuidar nuestra piel.
La lavanda suele estar presente en cremas para hidratación, tanto para pieles secas (retiene humedad) como grasas (regula el sebo). Sus antioxidantes naturales protegen la piel de radicales libres y mantienen su juventud. Además, alivia irritaciones y picores en problemas cutáneos como psoriasis y dermatitis, gracias a su efecto calmante. No solo eso, también actúa como antiinflamatorio y ayuda en la cicatrización natural, eso por eso que se rcomienda para irritaciones, eccemas, herpes y alivia dolores musculares.
Sumado a todo esto, gracias a sus propiedades antibacterianas y cicatrizantes, es recomendada para casos de acné grave para prevenir infecciones y favorecer la curación de la piel (a mi yo adolescente le hubiese gustado saber esto antes).
No todo es color lavanda
Pero no todo es positivo, siempre que buscamos cuidar nuestra salud en cualquier aspecto, es muy importante tener en cuenta las contraindicaciones de la lavanda. Puede causar irritación en pieles sensibles o alergias, especialmente con aceite puro. Siempre es recomendado hacer la “prueba parche”: se debe probar en un área pequeña antes de usarlo ampliamente. También se recomienda precaución durante el embarazo, lactancia y en niños pequeños. Consultar con un profesional en caso de dudas es muy aconsejable aconsejable.
¿Te gustaría saber más sobre esta planta? Te recomendamos leer “Lavanda” (2020) de Pedro Moreiro.
