Más allá de solo mantenernos en movimiento, esta actividad tiene un impacto más amplio y una serie de beneficios no solo para nuestra salud física, sino que también puede hacer mucho por nuestro bienestar emocional.
Se trata de un movimiento que involucra todo el cuerpo y puede influir mucho en cómo nos sentimos mentalmente, estimulando áreas importantes del cerebro.
La mayoría de los estudios sugieren que hacer ejercicio, especialmente el tipo aeróbico, podría ayudar a reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad. Por esta razón, el ejercicio está incluido en las recomendaciones de tratamiento de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Diversos estudios (te dejamos algunos en estos enlaces) sugieren que estas mejoras en el estado de ánimo pueden deberse a diferentes factores. Uno de ellos es el aumento del flujo sanguíneo hacia el cerebro. También se cree que el ejercicio influye en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, que está relacionado con la forma en que nuestro cuerpo responde al estrés. Este efecto fisiológico parece conectarse con varias partes del cerebro, incluido el sistema límbico, que es muy importante ya que regula nuestras emociones y cómo nos sentimos. Tiene componentes como el hipotálamo, que cuida de que nuestro cuerpo esté en equilibrio y satisfecho; el hipocampo, que ayuda con la memoria, el aprendizaje y la motivación; y la amígdala, que se encarga de detectar peligros que podrían afectar nuestra seguridad.
Cuando corremos, nuestro cerebro necesita coordinar una serie de respuestas neuronales para controlar el avance y mantener el equilibrio. Esto implica comunicación entre diferentes partes del cerebro y procesamiento de información sensorial de varias fuentes.
La corteza prefrontal, una región del cerebro relacionada con el pensamiento y el control del estado de ánimo, también juega un papel en la carrera. Se activa especialmente cuando se requiere coordinar movimientos complejos. Esto significa que correr no solo es un ejercicio físico, sino que también involucra aspectos cognitivos y emocionales.
Además, correr involucra músculos de todo el cuerpo, especialmente de las piernas. Estos músculos se activan de manera continua para impulsarnos hacia adelante y sostener nuestro peso corporal. Esta actividad muscular constante puede tener efectos positivos en la salud general del cerebro y del cuerpo.
