Mindfulness: qué es y cómo nos puede ayudar

El mindfulness o atención plena consiste en estar conscientemente presente y prestar atención a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Esta práctica puede ser útil para abordar diversos problemas físicos y psicológicos, como el dolor crónico y los síntomas relacionados con el estrés.

 

Cuando practicamos la atención plena, aprendemos a relacionarnos directamente con lo que está sucediendo en nuestra vida, aquí y ahora. Nos permite tomar conciencia de nuestra realidad y nos brinda la oportunidad de trabajar de manera consciente con el estrés, el dolor, la enfermedad, la pérdida y los desafíos que enfrentamos en nuestra vida.

 

Por el contrario, si vivimos una vida en la que no prestamos atención, donde nos preocupamos constantemente por lo que pasó en el pasado o lo que aún no ha sucedido en el futuro, tendemos a descuidarnos, olvidar y aislarnos. Esto nos lleva a reaccionar de manera automática y desadaptativa.

 

El mindfulness nos invita a estar presentes en cada momento, a ser conscientes de nuestras sensaciones, pensamientos y emociones sin juzgarlos ni dejarnos llevar por ellos. Nos ayuda a cultivar la atención y la capacidad de responder de manera más consciente y sabia a los desafíos de la vida.

 

Al practicar el mindfulness, podemos experimentar una mayor claridad mental, una reducción del estrés y una mejora en nuestra capacidad para manejar las dificultades. Esta atención plena nos ofrece la oportunidad de vivir de manera más plena, consciente y satisfactoria.

 

Pero lo cierto es que comenzar a incorporar la atención plena no siempre es sencillo, es por eso que te presentamos algunas ideas a continuación:

  1. Al despertar, tómate unos segundos para estar presente y consciente en la cama. Antes de comenzar a pensar en todas las tareas que te esperan, pregúntate amablemente cómo te sientes y cómo has dormido. También puedes enfocarte en las sensaciones físicas de estar amaneciendo en un nuevo día.
  2. Durante la ducha, practica la atención plena. Disfruta del tacto del agua, percibe los cambios de temperatura y aprecia el olor del jabón.
  3. Mientras te peinas, presta atención a la experiencia en tu cuero cabelludo, observa los cambios en tu cabello y siente los movimientos de tus brazos.
  4. Tómate un descanso al mediodía, sal de la oficina o del lugar donde te encuentres y realiza algunos estiramientos básicos. Estírate como lo haría un gato, sintiéndote cómodo y relajado. Además de ser un ejercicio saludable, es una oportunidad perfecta para practicar la atención plena. Observa cómo se mueven tus músculos y aprecia cada sensación.
  5. Realiza un autochequeo. Haz una pausa y evalúa el estado de tu cuerpo y mente. Observa tu postura, verifica si estás apretando las mandíbulas o si tienes sed. Te sorprenderás de lo que puedes aprender sobre ti mismo/a a través de estos registros si los practicas regularmente. Intenta hacer estos pequeños chequeos aproximadamente cada hora. Si te ayuda, puedes configurar una alarma que te recuerde. Ding-dong: conecta contigo mismo/a. Ding-dong: continúa con tus actividades.

 

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